Inspiración

Día mundial de la felicidad. Las cosas más sencillas pueden hacerte muy feliz

El 20 de marzo se celebra uno de los sentimientos que todo el mundo anhela: la felicidad. ¿Eres feliz? ¿Estás satisfecho con tu vida? Son preguntas que solo uno mismo puede responder, pero a las que ayuda seguir estos pequeños placeres de la vida…

El ser humano busca constantemente ser feliz. Más allá de las necesidades físicas impresas en nuestro ADN, el principal anhelo de las personas es sentirse bien; estar satisfechos con la vida que llevan. Esta búsqueda cobra aún más importancia hoy, que se conmemora el Día Mundial de la Felicidad; una jornada de introspección en la que cabe preguntarse: ¿qué puedo hacer para ser más feliz?

Lo primero que hay que tener presente es que no existe un prototipo de felicidad que valga para todo el mundo. Cada persona es feliz con aquello que considera importante, pero conviene no platearse grandes exigencias, sino pequeños retos o acciones, que nos ayuden a que las posibilidades de ser felices aumenten.

Pero antes de comenzar con grandes cambios en nuestra vida (trabajo, relaciones, etc.), hay que empezar por pequeños cambios en el día a día, tanto internos (actitud positiva) como externos (rutinas saludables), que nos permitan obtener un bienestar físico y mental.

Pequeños gestos, grandes pasos

El primer paso hacia la felicidad lo tenemos que dar hacia el interior: conocerse ayuda a saber lo que es importante para uno mismo. Hay que derribar las barreras interiores que nos pueden alejar de la felicidad.

Una vez hecho este recorrido, y teniendo claro cuál es el objetivo que se quiere perseguir en la vida, se pueden hacer pequeños gestos –a priori insignificantes o banales- que pueden mejorar nuestra calidad de vida:

  • Actitud positiva. Comienza el día con pensamientos positivos. ¿Qué ese día tienes mucho trabajo acumulado? ¡Es una oportunidad para demostrar tu valía!
  • Tranquilidad. Acude con tiempo a los sitios; te ayuda a planificar mejor las tareas y evitarás el estrés.
  • Sonrisa: ¿A quién no le gusta que le saluden con una sonrisa? Sé un poco más amable y la gente de tu entorno te devolverá el gesto y estará más predispuesta a ayudarte.
  • Generoso: comparte y regala más, aunque sean pequeñas cosas. Prueba a llevar una caja de achicoria y unos dulces para compartir con los amigos o los compañeros de trabajo.
  • ¿Sabías que el abrazo es un gesto afectivo cargado de beneficios? Abraza más para ser más feliz.
  • Concéntrate en el paisaje. Abstráete de móviles, tabletas y redes sociales. La felicidad –como la verdad- está ahí fuera.
  • Más deporte. Un paseo enérgico basta para llegar a casa sintiéndote mejor. ¡Prueba!
  • Menos quejas. De nada sirve quejarse ante lo “malo” que nos pueda pasar durante el día. Hay que afrontar los retos buscando alternativas y soluciones.
  • Valora lo que hagas. Al acabar el día repasa lo que has conseguido. ¿Qué te ha salido la receta que se te resistía? ¡Bravo! ¿Que la jefa te ha felicitado por el curro? ¡Ole tú!
  • Disfruta: céntrate en las actividades que hagas en el día a día; montando en bici; en el parque con tus peques; en el super haciendo la compra; en un concierto; relajado con tu infusión de achicoria… Carpe Diem; ¡vive el momento!