Salud y bienestar

Achicoria, un hábito saludable de generación en generación

¿Recuerdas los consejos de tus padres? Ahora seguro que los valoras como se merecen (aunque de pequeño odiases la verdura). Pues esos hábitos saludables heredados de tus mayores puedes transmitírselos hoy a tus hijos. ¿Y cómo hacerlo? ¡Dando ejemplo! Tus hábitos y estilo de vida son el modelo que imitarán. Ellos harán lo que vean que haces tú.

Los peques, sobre todo a edades muy tempranas, son como lienzos en blanco: captan todos los ‘colores’ que ven a su alrededor. Son ‘esponjas’ en lo que a aprendizaje y conocimientos se refiere; aprender a hablar, a contar, a señalar lo que quieren o necesitan., etc. Pero también absorben los hábitos y costumbres –tanto las buenas como las malas- que ven a su alrededor.

Por eso hay que tener presente una cosa: tú eres el principal modelo de hábitos para tus hijos. A través de lo que hagas ellos aprenderán -de manera natural y sin esfuerzos- a seguir una rutina de alimentación o de higiene saludables; a llevar al día sus estudios y responsabilidades, etc. ¡Dar ejemplo es la mejor clase para la nueva generación!

¿Te acuerdas de los sabios consejos de tus padres y abuelos? Esos que tanto te costaron asimilar, pero que a la larga has visto que eran -y siguen siendo- muy beneficiosos para tu salud. ¿Sí? ¿O eres de los que no los practican todo lo que deberían…? Pues, si quieres trasmitirlos a tus hijos, ya te estás aplicando el cuento y empezando a seguirlos. Por si se te ha olvidado alguno, aquí van unos cuentos consejos:

  • Come verduras todos los días: Tienen que verte comer una ración de verdura al día. Vale, una pizza carbonara para cenar es más tentador que el brócoli cocido, pero es un gesto que ellos y tú agradeceréis en el futuro. (PD. agrega un poco de salsa casera o queso para hacerlas más atractivas al paladar, tanto para ellos como para alguno de nosotros J).
  • Consume más pescado, más que carne: El pescado es otro de los pilares de una alimentación equilibrada y debe estar más presente en la dieta semanal que la carne (2-3 raciones de carne por 3-4 raciones de pescado a la semana). Empieza por pescados de sabor más ‘soso’ –como la merluza- y escala poco a poco hacia los más intensos –como la sardina-. También se puede rebozar para hacerlos más apetecibles, pero no abuses a la hora de enmascarar el sabor. En la variedad está la clave.
  • La fruta es la mejor merienda: Déjate de dulces y bollería industrial. Naranjas, mandarinas, plátanos, fresas, peras, kiwis, sandía, melón o piña (estas últimas se las puedes combinar troceadas y llevárselas en un bol al colegio) …, cualquier fruta natural es una merienda saludable e indispensable para ellos. Refrescante, hidratante y nutritiva a la par.
  • Realizar desayunos sanos y completos: Es una de las comidas más importantes del día –no por la cantidad que hay que ingerir, sino por la elección de los alimentos-. Debe incluir lácteos, hidratos de carbono o cereales, fruta y acompañarlo de bebidas sanas, o lo que es lo mismo, que no tengan cafeína ni excitantes.
  • Más comida casera: Aunque andes mal de tiempo, no caigas en el consumo de platos o alimentos procesados. En la mesa, al menos un par de potajes y cocidos de legumbres ‘de toda la vida’ por semana. Las recetas de las abuelas y abuelos serán tu salvación.
  • Hay que realizar algo de ejercicio diariamente: En esto no vas a tener muchos problemas. La mayoría de peques son muy inquietos así que serán ellos los que hagan que te muevas 😉 Pero eso no te excluye de salir con ellos a andar en bicicleta, a patinar, jugar al futbol, nadar o practicar su deporte favorito.
  • Abandonar hábitos perjudiciales como el alcohol, el tabaco o la cafeína u otras sustancias estimulantes. Lo mejor es apostar por una vida tranquila, huir de las prisas y los excesos. Reducir sustancias excitantes como la cafeína, puede ayudarnos a estar más tranquilos y relajados. Un truco para ayudarte a reducirla es mezclar el café con achicoria; una bebida saludable que, además, también pueden tomar tus hijos.

¿Tienes más consejos o hábitos heredados de tus mayores que te han ayudado y quieres compartirlos con nosotros? ¡Cuéntanoslos en InstagramFacebook o Twitter!