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Julio, el mes de la achicoria

Julio, el mes de la achicoria

La achicoria es conocida por contener inulina, ser un prebiótico natural, ayudar al correcto funcionamiento del sistema digestivo y contribuir a una dieta sana, pero además produce una exquisita y delicada flor con una vida muy particular.

En Europa la achicoria se cultiva principalmente en Francia, Bélgica, Alemania y España, como dato curioso mencionar que en nuestro país, la achicoria se cultiva desde el siglo XII, pero, según una orden del Ministerio de Agricultura de 1.958, las provincias de Valladolid, Segovia, Toledo, Soria, Asturias y Vizcaya se declararon productoras tradicionales de esta planta y fuera de ellas se prohibió el cultivo. La realidad es que la achicoria, aparte de la cultivada, crece salvaje al borde de los caminos, aparentemente una planta más, que no sobrepasa los 70 cm de altura con hojas radiales verde oscuro, sin embargo, es una planta muy peculiar y no sólo por sus propiedades beneficiosas para la salud.

Floración tardía

El momento más impresionante del año en los campos de achicoria está a punto de empezar, miles de flores de un intenso tono azul violáceo comenzarán a abrirse a principios de julio, mucho más tarde que la mayoría de las plantas que florecen a mediados de la primavera y en julio empiezan a languidecer. En una misma planta, las flores se abren aquí y allá, sin ningún orden, un día puede tener cinco y al día siguiente veinte. Pero éste no es el dato más curioso, pues la floración de la achicoria se alarga durante casi cuatro meses, hasta entrado el otoño, con una resistencia inusual a los calores del verano y lo más increíble es que la mayoría de estas flores sólo duran ¡un día!

Flor de un día

Si nos sentáramos en medio de un campo de achicoria en esta época y nos diéramos a la tarea de observar una sola flor, el resultado es impresionante. Hay que llegar al amanecer, pues con los primeros rayos del sol la flor comienza a abrirse, primero su color es de un azul violeta profundo que se va aclarando según pasan las horas. A mediodía la flor estará completamente abierta y su color es mucho más claro, mientras que, imperceptiblemente va siguiendo al sol, y es en este momento cuando recibe a los insectos que la polinizan. A medida que pasan las horas y disminuye la intensidad de los rayos solares, la flor se va cerrando, muy poco a poco, al final del día estará completamente cerrada, pero, a diferencia de otras flores similares, que al día siguiente se vuelven a abrir, la achicoria muere. Sólo dura un día. Sin embargo, un observador de un campo de achicoria, entre los meses de julio y octubre, no lo notará, porque, siempre y cuando luzca el sol, miles de flores seguirán naciendo aquí y allá, para morir al anochecer. Quizá por este motivo el filósofo, teólogo y alquimista del siglo XIII, Alberto Magno llamaba a la achicoria como la novia del sol.